14/2/09

La Porteña

La Porteña



Plena de elegancia llegó de Londres junto a los vagones que completarían nuestro primer tren, la bautizaron “La Porteña”.

Era una pequeña locomotora, veterana de la guerra de Crimea, construida en 1854. Vino en el vapor Borland, que arribó en la Navidad de 1856, ante una inmensa expectativa. Pero nada comparable al que se produjo unas semanas más tarde, cuando desfiló por las calles de la Ciudad en un enorme carro, tirado por treinta caballos.

Unos días después, llegó del extranjero un maquinista, para llevar a cabo un primer ensayo. Las pruebas fueron exitosas, y se convino como fecha inaugural de nuestro ferrocarril, el sábado 29 de agosto. Partió de la Estación del Parque (actual Plaza Lavalle), avanzando entre dos hileras interminables de público y, envuelta en una música festiva que partía del primer vagón.
Foto: Estación del Parque, en el actual solar que ocupa el Teatro Colón
Llegó a Plaza once de Septiembre, corriendo a la increíble velocidad de 24 km. por hora. El tren pasó por Caballito y, poco después por San José de Flores, cuya iglesia la saludó con el jubiloso repique de sus campanas.

Foto: Estación del Parque


Durante los terribles días de la fiebre amarilla, en 1871, la valerosa Porteña, arrastró a los vagones que llevaban al recién inaugurado cementerio de La Chacarita, los cadáveres de las víctimas.



Resumen de artículo: Revista Galaxia Porteña, año 1 nro 1, mayo 2004
© Ana di Cesare
© Galaxia Porteña

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